Es un contrato por el cual se regulan los servicios que presta un estudiante, también llamado “el practicante”, en favor de la otra parte, denominada la “empresa”. El practicante busca darles aplicación a sus conocimientos teóricos, mientras que aprende de forma técnica y práctica aspectos de su trabajo que le servirán en su ejercicio profesional. La empresa capacitará y asesorará al practicante, y además recibirá los servicios de forma gratuita o a cambio de una compensación económica, que no es considerada remuneración para efectos legales, es decir, no existe relación laboral entre la empresa y el practicante.